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1. Breve historia del cincelado-repujado de metales.

Prehistoria.

Los primeros hallazgos de orfebrería son sencillas piezas de cobre que datan del final del periodo neolítico seguidas muy pronto de las de oro, plata y bronce, al abrirse la edad que recibe el nombre de este último metal.

Los objetos que se labraron con dichos materiales consistían en diademas lisas a modo de cinta, gruesos brazaletes, collares rígidos (o torques) de una pieza, collares formados por sartas de bolitas perforadas, y anillos y pendientes de forma circular sencilla. La ornamentación de tales preseas, cuando existe, es puramente geométrica y se limita a surquillos rectos y en zig-zag, dientes, circulillos, puntos hechos a martillo, etc.

Como cosa excepcional, existe del antiguo Egipto algún cuchillo de sílex con guarnición y vaina de oro, ornamentada con florones y figuras de animales. Se labraron también agujas de cobre y bronce, cuchillos y armas en forma de flechas, espadas y hachas con alguna ornamentación geométrica en el puño, y con un temple y corte bastante fino en la hoja.

Oriente Próximo.

Por las referencias de los primitivos historiadores, por los relatos de las inscripciones cuneiformes y por las escenas que los relieves antiguos de Asiria y Persia representan, sabemos que las obras de orfebrería fueron muy abundantes y suntuosas en dichos imperios aunque no hayan llegado hasta nosotros sino sencillos y escasos ejemplares de preciosos objetos, sobre todo de bronce. Sabemos que los reyes asirios y persas usaban vajillas de oro y plata, dijes y adornos de inestimable precio, carruajes, aparejos de montura, sillas, mesas y lechos de preciosos metales o de bronce dorado.

Entre las piezas metálicas de alguna importancia que se han descubierto en las ruinas de sus antiguas ciudades se cuentan principalmente:

  • Del imperio caldeo, las toscas estatuitas de cobre de la colección Sarzec del Museo del Louvre.
  • Del imperio sirio, las planchas de bronce repujado en cuyos relieves figuran escenas guerreras y victorias del emperador, y que a modo de fajas, adornaban las puertas del palacio de Asurnasirpal en la antigua Imgur-Bel, los cuales se hallan en el Museo Británico y son conocidos con el nombre de Puertas de Balawat.

Puertas de Balawat

Además, las campanillas con que se adornaban los jaeces de los caballos, los vasos o platos de bronce con relieves de figuras dipuestas en zonas concéntricas, hallado todo en Numrudi por Layard, y las tazas, copas y adornos del mismo metal encontrados en el palacio de Senaquerib (en Koyundjik) que se encuentran también en el Museo londinense.

  • Del imperio persa, los anillos, pendientes y otros dijes de bronce (algunos, con incrustaciones de oro) descubiertos en Susa y en la antigua Rages (éstos, con formas espirales).

Egipto.

La orfebrería egipcia, datada desde la época predinástica, empleó con profusión el oro en utensilios valiosos. También para recubrir o chapar otros de bronce, piedra o madera. Las minas de cobre de la península del Sinaí se explotaron desde las primeras dinastías.

Las vasijas de uso cotidiano en templos, palacios y casas nobles, eran normalmente de oro con relieves y grabados de figuras dispuestas alrededor de las mismas. En oro, bronce dorado y marfil (raramente en plata, muy escasa en Egipto) se labraron muchísimas estatuillas en honor a las divinidades y altos personajes. Asimismo fueron adornados de pedrería los tronos, muebles, brazaletes, collares, anillos, etc. Se revestían con planchas de oro las puertas de los templos, los relieves de piedra y aun los zócalos y obeliscos más estimados. Se empleaba el bronce como material ordinario en utensilios domésticos y en estatuas, adornándolas a veces con incrustaciones de oro y plata.

Bandeja

Prehelénico.

La civilización micénica se distinguió entre las prehelénicas por sus labores industriales, sobre todo en orfebrería, a juzgar por los descubrimientos realizados en la antigua Troya y ciudades de la época. Los objetos más interesantes son las copas de oro y plata que llevan repujadas labores, y las joyas de indumentaria halladas en Troya y en Micenas. Estas joyas consisten sobre todo en collares y diademas de oro repujado de las cuales pende una serie de medallones o plaquitas por medio de cadenillas también de oro. Con ellas forman juego varias otras alhajas de oro como anillos, fíbulas, grandes alfileres, brazaletes en forma de espiral, placas con figuras de animalillos, máscaras mortuorias para cubrir el rostro de los difuntos, puñales de bronce con hermosas incrustaciones de oro y plata, cuyos dibujos representan escenas de cacería, etc. Varias de dichas piezas acusan en sus figuras una visible influencia caldea o asiria, quizás importada por los fenicios.

Máscara

Clásico.

La orfebrería alcanzó en Grecia un nivel similar al de las Bellas Artes primarias. A los procedimientos fabriles del repujado, cincelado y filigranado, ya conocidos en las civilizaciones precedentes, se añadió por los artistas griegos el granulado, sembrando de perlitas de oro la superficie de la pieza por un procedimiento desconocido. Pero mucho antes que los griegos ya lo practicaban los egipcios, pues se ha encontrado en joyas de la dinastía XII (unos veinte siglos a. C.)

En sepulcros de Grecia se han encontrado plaquitas de oro o de plata con figuras repujadas, que debieron ser ornamentos de vestido. Se agregan a dichas obras de orfebrería griega los numerosos bronces de igual estilo (desde el siglo VIII a. C.): estatuas, amuletos, placas de adorno con figuras repujadas, espejos bruñidos y grabados en el reverso, fíbulas, etc.

Por otra parte, no constan objetos de orfebrería propiamente romanos hasta ya entrada la época del imperio, pues a pesar de la riqueza artística de los potentados de Roma desde las postrimerías de la República, su arte procedía entonces de Grecia. Aun romanizado este arte, conservó en los dos o tres primeros siglos del imperio la tradición griega que le dio vida. La civilización romana nos ha legado numerosos objetos de bronce, plata y oro, tales como jarrones, discos o páteras, copas, anillos, fíbulas, brazaletes y variados dijes.

Pátera

Edad Media.

En la Edad Media se alcanza un alto nivel artístico y una madurez estética.
El trabajo en relieve sobre láminas de metal (aluminio, estaño, oro, plata, cobre, etc.) se deriva de la representación de imágenes sagradas y religiosas pintadas en tablas, y comenzó a tomar importancia desde el siglo XII. Estas pinturas perdían su brillo y matiz debido a las condiciones ambientales de los lugares donde eran colocadas, y se empezó a recubrirlas con metal para protegerlas del medio y del contacto con las personas.

La orfebrería está ligada durante este periodo al culto cristiano, y las obras más representativas son cálices, cruces y retablos construidos en oro y plata.

Detalle retablo

Renacimiento.

El repujado alcanzó su apogeo en los utensilios religiosos y de uso doméstico realizados en oro y plata en la Europa de los siglos XVI y XVII.

Durante el siglo XVI, el arte de los escultores y orfebres italianos fue imponiéndose en toda Europa, especialmente con la influencia que ejercieron las obras de Benvenuto Cellini.

A finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII imperó el gusto francés, muy fastuoso y a menudo exagerado, cundiendo por todas partes la ornamentación típica del estilo Luis XV.

Benvenuto Cellini
Esucdo
Escudo de Francisco I de Medici

En España hubo afamados talleres o centros de orfebrería en la citada época, como los de Burgos, León, Palencia, Valladolid, Salamanca, Toledo, Zaragoza, Cuenca, Córdoba y Sevilla, y se desarrolló el estilo llamado plateresco, labrándose preciosas cruces procesionales y riquísimas custodias de plata.

Cundió enseguida el estilo barroco, que podemos admirar en esos grandes candeleros de plata, lámparas enormes, pesados atriles, y frontales y graderías de altar, que se encuentran en muchas iglesias.

A partir del siglo XIX.

Desde el siglo XIX, se imitan los estilos medievales, sobre todo, los bizantinos y góticos, además de los clásicos del renacimiento. A principios del siglo XX, sobre todo en Francia, se volvió una actividad industrial y la técnica se expandió a la fabricación de otros objetos decorativos y de uso común como floreros, joyeros, marcos, bandejas y lámparas.

BandejaBandeja

PARA PROBAR CON LA LUPA. PARA PROBAR CON LA LUPA.

Una de las maravillas de la historia del arte: Las puertas del Baptisterio de Florencia, de las que Miguel Ángel dijo al verlas que eran las mismísimas puertas del paraíso, y con ese nombre se las conoce.

Fueron realizadas por Lorenzo Ghiberti, quién tardo casi una treintena de años en concluirlas, incluido por supuesto el retraso (pero sin sobrecostes).

Los bastidores son de bronce forjado, y las superficies de las escenas y las orlas fueron fundidas también en este metal, luego doradas y después cinceladas. Muchos historiadores dicen que esta obra, por la enorme influencia que ejerció en muchos artistas, dió comienzo al renacimiento.

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